Kindergarten
(Poemas de la oficina - 1956)
Vino el patrón y nos dejó su niño
casi tres horas nos dejó su niño
indefenso, sonriente, millonario,
un angelito gordo y sin palabras.
Lo sentamos allí frente a la máquina
y él se puso a romper su patrimonio.
Como un experto desgarro la cinta
y le gustaron las efes y paréntesis.
Nosotros satisfechos como tías,
lo dejamos hacer.
Después de todo, sólo dice “papá”. El año que viene
dirá estádespedido y noseaidiota.
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