(Contra los puentes levadizos - 1966)
A la muerte a la muerte a la muerte
no importa que el verano nos ataje
que las piedras incrédulas nos miren
los sordomudos del amor los militantes
de la felicidad nos exorcicen
que los guías nos lleven a otra parte
que nos propongan paraísos varios
cada uno con su aval de eternidad
a la muerte a la muerte a la muerte
caminando despacio o a caballo o a nado
o bien trepados en el sufrimiento
no importa el medio de transporte en que vamos
decididos porfiados mortalmente optimistas
repartiendo memorias testamentos hijuelas
proyectos de obra póstuma últimas voluntades
frases finales para los que siguen
a la muerte a la muerte a la muerte
sin matarnos simplemente viviendo
nuestro largo atareado suicidio
nuestra desolación en compañía
después de todo somos los vitales
los que vamos como toros o búfalos
como rinocerontes de inocencia
como los obligados obedientes
a la muerte a la muerte a la muerte.
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